Heredia
Esta provincia forma una faja de tierra que se extiende de norte a sur, hasta el centro de la República.
Heredia fue creada como provincia por la ley 36, del 7 de diciembre de ese mismo año.
Durante la época precolombina el territorio estuvo habitado por indígenas del llamado cacicazgo de Garabito, y en el sector norte por indios Votos.
En 1568, Don Antonio Alvarez Pereira, Capitán de Perafan de Rivera, visitó el poblado indígena de Barba. En 1706, emigrantes de Cartago fundaron una Ermita en el Paraje Alvirilla, ese fue el primer asiento de Heredia.
En el centro de la ciudad está situada la Universidad Nacional (UNA), una de las más destacadas del país.
Heredia es la provincia más pequeña de Costa Rica y el corazón cafetalero con sus famosas plantaciones del grano de oro costarricense. Se localiza a 12 km de San José y tiene una altitud de 1150 metros sobre el nivel del mar. Mantiene una temperatura promedio de 23º C. La capital de la provincia es la ciudad de Heredia, conocida como la "ciudad de la flores" sede de la Universidad Nacional, una de las más importantes de Costa Rica.
Durante la época precolombina, la parte sur de la provincia estuvo ocupada por el grupo indígena de los Huetares. En el siglo XVI los españoles formaron las reducciones de Barva y Yurusti, aunque esta última tuvo una vida efímera. Posteriormente los campos empezaron a ser poblados por españoles y mestizos, y a principios del siglo XVIII solicitaron permiso para asistir a misa en el pueblo indígena de Barva, ya que las iglesias de Cartago y Esparza estaban muy lejos. La petición fue denegada, pero se autorizó la edificación, en el paraje llamado Cubujuquí, de una ermita dedicada a la Inmaculada Concepción, que fue erigida como ayuda de parroquia de la iglesia matriz de Cartago. A su alrededor empezó a formarse una población.
Esta provincia le ofrece las maravillas ecológicas de parte de la Cordillera Central, en donde se encuentra el volcán Barva, con 2.906 metros sobre el nivel del mar. También se impone en esta provincia el bosque lluvioso del Parque Nacional Braulio Carrillo, la tradición colonial presente en las casas de adobe que se observan por algunas de las calles de Barva y Santo Domingo. Sus poblados rurales de San Isidro y San Rafael exhiben bellas iglesias neogóticas y parajes escénicos de gran belleza. Son dignos de visitar sitios como el Bosque de la Hoja (o "Las Chorreras"), el mirador del Monte de la Cruz y el Club Campestre El Castillo, así como distintos miradores ubicados en las inmediaciones del Parque Braulio Carrillo. Posee muchos restaurantes y paraderos donde degustar comidas típicas de la zona.
Más al norte, se encuentra el cantón de Sarapiqui, con su vasto paraje y sus naturaleza intacta.
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